(Sidi Ifni, Marruecos. Marzo 2013)
Moriría
en un mundo sin estaciones,
sin aves de paso,
sin árboles rojos
ni cielos grises,
lluvia repentina,
atardeceres inesperados.
Sin ver crecer y menguar los días
y la luz que cambia
al final del verano
con la intuición del otoño
en el aire dorado,
en el olor a castañas.
Por la ventana que dejo abierta
oigo alguna cigarra despistada
y saco un pie fuera de la cama...