sábado, 18 de septiembre de 2010

Vals de los enamorados y unidos hasta siempre, Miguel Hernández


Cada vez que leo los poemas de Hernández me cuentan una historia diferente. Y siempre es una historia que contiene tristeza y alegría casi en partes iguales; tristeza y alegría en la garganta y en la pluma del poeta, encarnadas en palabras que te hace sentir como propias cuando habla de la vida y de la muerte.

No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.


Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.



Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.


Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos, sus brazos.

Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas,
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.

Miguel Hernández, del Cancionero y romancero de ausencias

lunes, 6 de septiembre de 2010

Bye, bye, summer...the memories fire, the rhythms fall slow...

Bueno, se acaba el verano... Hoy por fin empezó a llover mientras escuchaba Mojo Pin de Buckley y leía un e-mail de un amigo que está lejos, un amigo al quiero mucho. Es gracioso pensar que se ha ido de un sitio en el que llueve mucho a otro en el que llueve aún más. Pero lo bueno es que la lluvia garantiza ese color verde que tanto nos gusta, ese olor a tierra mojada ^^
Ahora mismo, solo de pensar en volver a pisar de nuevo la facultad, me siento en los límites de la depresión; el papeleo, las nuevas y las viejas caras, los profesores, las maldiciones del Latín y la Filosofía del lenguaje, ese café de máquina que acabará siendo malo para mi salud... Solo me salva la esperanza de terminar en febrero.
Es por esto que echaré mucho de menos las tardes tirada en la cama escuchando música, viendo anime, leyendo Monster y Death Note. Estos últimos meses han sido para mí una etapa de pérdidas mezcladas con reencuentros, de recuerdos viejos y de instantes que aún se están afianzando en la memoria. Como siempre, me asalta una idea que es más bien un deseo, el de chasquear los dedos y encontrar una respuesta a cada pregunta. Pero sé que es mejor ser paciente con la vida y recorrer el camino paso a paso.
Ya no falta tanto para el otoño y, aunque triste, estoy impaciente por ver cambiar el paisaje...


domingo, 5 de septiembre de 2010

Memoria de tránsito, Luis Rosales



Los sitios donde has estado
en la memoria los llevo
sólo para ver de nuevo
el rastro que allí has dejado;
la tierra que tú has pisado
vuelvo a pisar; nada soy
más que este sueño en que voy
desde tu ausencia a la nada.
me hizo vivir tu mirada:
fiel al tránsito aquí estoy.