viernes, 28 de enero de 2011

Sinsentidos y laberintos

Mis labios saben a sangre y a sinsentido, a niña que estrena zapatos y sin parar se mira los pies, cuando sonríes sin darte ni cuenta, como acto reflejo de un latido. Breve. Decisivo. 
Mis labios saben a laberinto engañoso. Ni Teseo. Ni Minotauro. Ni Ariadna. Solo alas de cera y una maraña de hilos desenhebrados. Cuando me voy a casa sin tu sonrisa...



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