lunes, 8 de agosto de 2011

Ciudad de cristal, de Paul Aster


"Quinn estaba acostumbrado a vagabundear. Sus excursiones por la ciudad le habían enseñado a entender que lo exterior y lo interior están conectados. Utilizando la locomoción sin rumbo como técnica de inversión, en sus mejores días podía llevar lo de fuera dentro y así usurpar la soberanía de la interioridad. Inundándose de cosas externas, ahogándose hasta salir de sí mismo, había conseguido ejercer un pequeño control sobre sus ataques de desesperación. Vagar, por lo tanto, era una especie de anulación de la mente".

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